Un hombre va a casa de una amiga para echar una canita al aire. A la hora necesaria, el aparato no le respondía, así que, un poco preocupado, le dice a la amiga que necesita ir al baño. Ya allí, amparado en la oscuridad, busca en el armario alguna crema que junto con un automasaje le ayude a solventar su pequeño problema. Efectivamente, después de un rato descubre un vigor que no recordaba desde casi su pubertad. El tipo vuelve a la cama y le hace el amor a la amiga quien queda extasiada ante tal vigor. Una vez terminado todo, el hombre comprueba al tacto que todo sigue izado, y le entra la curiosidad de saber qué se había untado. Se levanta, va al baño, enciende la luz y busca la pomadita. Después de un buen rato la amiga extrañada de que su amigo no hubiera salido aún del baño, se asoma y lo encuentra desmayado en el suelo, con una cajita en la mano en la que se lee: Pomada para callos: Se endurece, se seca, se pudre y se cae. ¡Garantizado! | |||
|
miércoles, mayo 21, 2008
LA POMADA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario